Como resultado del fracaso evidente de la política económica desarrollista, Arturo Frondizi se vio obligado a nombrar a un nuevo ministro de economía, capaz de afrontar los problemas desde otro ángulo. Alvaro Alsogaray fue el elegido para ocupar este puesto y no dejó dudas de su nueva política económica visiblemente contraria a la del peronismo. Es decir, tenía una postura bastante “ortodoxa”, realizando así medidas tradicionales tales como la privatización, la devaluación, congelamiento salarial, contención del gasto público con la reducción de gastos estatales y el fomento de la iniciativa privada.
Afortunadamente, las leyes de inversiones extranjeras y promoción industrial, coincidieron con una etapa en la algunas empresas de Estados Unidos buscaban la expansión. Paralelamente, en el ámbito político existió cierto acercamiento al presidente norteamericano, Kennedy. Esto permitió que el gran problema económico en la Argentina, que es el financiamiento, se viera disminuido, al menos por entonces. Consecuentemente, en el periodo del ‘58 al ‘63 se alcanzó un máximo de inversiones extranjeras desde 1912. Esta vez, se probó un desarrollo de las ramas automotriz, la petrolera y petroquímica, la química, la metalúrgica y la de maquinarias eléctricas y no eléctricas como se venía haciendo, pero con mucho mayor éxito. Además, se proveyeron privilegios de protección al mercado interno que los inversores ciertamente aprovecharon.
Sin embargo, este abrupto cambio en la postura económica durante el mismo frondizismo y con respecto al peronismo mismo, trajo consigo algunas consecuencias políticas como la oposición de diversos sectores como los nacionalistas, la UCR del Pueblo y los partidos de izquierda. No solo por los cambios en la política petrolera, pero también por la ruptura del estado con los sectores sociales trabajadores que empezaron a ser reprimidos por no contentarse con el nuevo sistema económico.
Si bien los resultados que observamos en la economía a partir de la llegada de Alvaro Alsogaray fueron prósperos en el periodo 1958-1963, difícilmente se lograron resultados sociales y políticos esperables después de las nuevas medidas económicas del gobierno de Frondizi. Asimismo, no podemos afirmar que Frondizi logró su objetivo de plantear un política económica abordada desde un ángulo distinto ya que el nuevo ministro de economía utilizó medios poco revolucionarios para lograra la estabilidad económica.
Ciertos problemas de organización. Parecen mezclar el proyecto desarrollista con el programa de Alsogaray. Deberían ordenarlo por entrada, segñun cada tema.
ResponderEliminarEl descontento de los militares debido a ciertas medidas de Frondizi, es notable ya que fueron ellos quienes tomaron la decisión de imponer a Álvaro Alsogaray (quien contaba con una mentalidad “ortodoxa” según el blog) para equilibrar de cierto modo las cuentas del desarrollismo. Es decir, no permitir que se exceda el gasto público, o mejor dicho, que tal dinero no llegara a manos Peronistas u Obreras.
ResponderEliminarAquí se nota claramente la debilidad de Frondizi a la hora de gobernar. Al pretender “contentar” a los militares y a los sectores peronistas a la vez, se vio presionado y esto lo llevo a brindar ciertos privilegios que lo pintaban como un gobernante “débil”: un claro ejemplo es que halla aceptado que le impongan un ministro de economía para controlar sus gastos, o mejor dicho, para que el dinero del gasto publico no llegara a manos Peronistas. Vale aclarar que con esto no justifico la terrible actitud de las fuerzas armadas de imponer un ministro, pretendiendo ir “tomando” el poder, de alguna manera, de a poco.